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Sobre mi

Cómo llegué a vivir en un ashram en India 

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En enero del 2020 tomé un vuelo desde Buenos Aires rumbo a Nueva Delhi con la idea de probar la vida en movimiento. Planeaba viajar unos meses por Asia para seguir capacitándome en yoga, Ayurveda, meditación, espiritualidad y conocer otras culturas. Me imaginaba viajando de aquí para allá formándome en estas áreas y haciendo voluntariados. Intencionando también en ese viaje conectar con mi propósito de vida para crear un proyecto y sustento económico que me permitiese vivir como nómada digital, si es que ese era mi destino.

Pero como ya sabemos amigas y amigos, la certeza absoluta es una ilusión y la vida tiene planes para nosotr@s que no suelen parecerse a los que imaginamos.

Unos meses antes de viajar a India había pensado que sería interesante visitar un ashram, y deseando pero descreyendo que exista un ashram liderado por una Gurú mujer, empecé a investigar. Google me introdujo por primera vez a Amma. Estaba predestinado, yo me entregué a ser guiada por el Universo, y el 5 de marzo del 2020 llegué sin saberlo al que sería mi nuevo hogar por casi 2 años, dando de baja mi plan inicial de experimentar una vida en movimiento, pero ofreciéndome a cambio una experiencia tan única como impensada.

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Todo fue tan divinamente programado, sin planearlo llegué al Ashram en el sur de India el día previo a que cierre al público como medida de seguridad para evitar que se expandiese un “virus chino” que se propagaba por Asia. Opté por quedarme allí para entregarme a la experiencia que la vida me proponía, sin imaginarme que ni el ashram ni India volverían a abrir sus puertas durante todos los meses que lleva la pandemia mundial.

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Siento que esta vida y las anteriores me prepararon para esta experiencia de estar viviendo en India junto con mi gurú tanto tiempo. Distintas situaciones recordaron a mi alma que la conexión que tengo con mi gurú Amma y con esta tierra, existían previamente en mí.

 

Estas sensaciones y recuerdos comenzaron a hacerse conscientes desde mi primer día en este lugar, cuando Amma me supo indicar que yo sin saberlo ya la estaba llamando.

Al igual que todas las noches, aquella en que llegué aquí, Amma cerró bhajans (cantos devocionales) con sus manos en forma de rezo pero versión dedos entrelazados y ojos cerrados repitiendo compenetradamente “Ammamamamamamamamamamamamamaaaaaaaaaaaaaa”. Misma forma y mismo gesto con el que yo llamaba siempre a mi mama desde hacia unos 12 años. Imagínense mi desconcierto cuando me reconocí en Amma en ese instante.

 

Aquí recordé también que desde muy pequeña, durante los veranos en la quinta de unos tíos, me entretenía lavando los pies a mi tío y a mi papá. No tenía idea por qué me gustaba tanto hacer eso de niña, hasta que en India aprendí que se veneran los pies de los Gurús y que se hacen rituales (pujas) lavando sus pies (pada puja), como yo lo supe hacer en mi infancia.

 

No me resulta fácil plasmar con palabras las decenas de experiencias fantásticas que me sucedieron viviendo en ese fascinante lugar, como caminar bajo la lluvia detrás de Amma sin que si quiera una gota me moje, o ver a la diosa Kali bailando al rededor mío mientras meditaba.

En esta experiencia humana tengo la inmensa dicha de verificar constantemente que la magia existe para todo aquel que abra su corazón y mente para animarse a ver mas allá, permitiéndose conectar a un nivel mas profundo.

 

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Cómo se vive en el Ashram

En el Ashram viví en comunidad con mi Gurú, y con gente de todo el mundo (el 80% son indios). Conviví con swamis y swaminis (sacerdotes y sacerdotisas), brahmacharis y brahmacharinis (monjes y monjas), renunciantes, residentes de larga data, y los pocos residentes accidentales, que igual de ingenuos que yo,  creían que solo venían de visita por unos pocos días.

 

La vida de un ashramita es una vida de tapas (austeridades) que consiste en vivir de manera simple enfocando nuestro día en hacer sadhana (práctica espiritual) que incluye: mucha lectura/ estudio, meditación en forma individual y en comunidad, seva (trabajo voluntario, servicio desinteresado), rezo personal o en grupos (archana), bhajans (cantos devocionales con la Gurú), satsangs (charlas espirituales), pujas (rituales), festividades, retiros de silencio, ayunos, pancha karma (práctica Ayurvédica de limpieza del cuerpo), yoga/ actividad física, expresar la creatividad (dibujo, pintura, artesanías)  y demás actividades que nos conecten con nuestro espíritu (bailar, trabajo en jardines, cocinar, escribir, etc).

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Mi despertar espiritual y formación

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A lo largo de mi vida me fui relacionando intuitivamente, estudiando apasionadamente y formándome en el mundo espiritual, aunque a nivel profesional decidí en un principio cumplir con mandatos familiares y estudié Administración de empresas e hice una Maestría en Finanzas, mientras trabajaba en distintas compañías multinacionales.

 

En el 2008 tuve varias experiencias mágicas -místicas durante y después de recibir sesiones de reiki, lo que me incentivó a empezar a formarme y certificarme en esta técnica (Reiki primer nivel).

Al siguiente año tomé otra certificación en aromaterapia y elaboración de productos cosméticos con aceites esenciales, y durante el 2010 nació mi primer proyecto laboral independiente en el que elaboraba estos artículos. Fue una experiencia tan hermosa como enriquecedora, pero yo no me permitía dedicarle mucho tiempo ni esfuerzo por que lo mas importante seguía siendo mi trabajo profesional en la multinacional. En ese entonces estaba gobernada por la creencia de que trabajar en esa  compañía era lo mejor para mi, y que únicamente esa opción me aseguraba “estabilidad y un gran futuro“.

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En el 2011 luego de trabajar por 8 años en relación de dependencia empecé a sentir cada vez mas fuerte que ese no era mi camino. Había alcanzado la fórmula de la felicidad muy joven: carrera de grado y postgrado, un buen trabajo en una importante multinacional, convivía con mi novio de ese entonces en un departamento bellísimo... pero no sentía que estaba eligiendo la vida que quería para mi. Luego de una desilusión amorosa me separé y me fui de viaje de mochilera a Europa un par de meses con una amiga. En ese viaje conecté mucho con el diseño, que siempre había estado latente, y fue tomando forma en mi cabeza el que sería mi nuevo proyecto.

Al regresar a Buenos Aires quise renunciar a mi trabajo, para dedicarme a tiempo completo al emprendimiento que estaba ideando, pero mi entorno no me apoyaba, ellos deseaban lo mejor para mi y creían que crecer profesionamente en una multinacional era lo que me iba a brindar “seguridad, éxito y felicidad“. Mi familia con su mejor intención espejaba mis propios miedos, esos que aún me invadían cuando pensaba en soltar la ilusoria seguridad económica que me daba ese empleo y tirar a la basura el curriculum que había construído en tantos años de formación y trabajo. Pese a todo el ruido interno y externo que traía este deseo de cambio de rumbo, logré conectar con mi sentir mas profundo, tomé coraje y renuncié. Lo que no me esperaba era que la CEO de la empresa iba a intentar retenerme ofreciéndome un mejor puesto y mas dinero. Como la nueva propuesta laboral aparentaba ser desafiante e interesante, intenté convencerme que era una oportunidad soñada y perfecta para mi. Acepté la propuesta, pero mi alma se expresaba a gritos a través de mi cuerpo con migrañas, ansiedad y estrés.

En paralelo a mi trabajo en la multinacional empecé a trabajar en mi nuevo proyecto de Diseño de Interiores y comencé a formarme en ese área. Este emprendimiento comenzó a tomar forma y repentinamente empezó a generar ingresos, siendo esta la señal que necesitaba para confiar en mí y seguir el camino que mi corazón dictaba. Dejé de escuchar lo que me aconsejaban mis miedos y opiniones ajenas, tomé coraje y renuncié definitivamente a la compañía en la que trabajaba. A mediados del 2012 con 28 años estaba trabajando full time en mi nuevo proyecto, desarrollando a tope mi creatividad y transformándome en la jefa de mi propia vida.

 

En agosto del 2015 me tuve que someter a una cirugía ginecológica y mi estado de salud me llevó a tomar medicación para el cáncer durante 6 meses. Si bien afortunadamente los tumores no llegaron a ser malignos, sí eran varios y muy grandes, lo que implicó que tuviesen que darme unas inyecciones super fuertes para el cáncer, que hicieron que me sintiese muy enferma por mas de 7 meses. Este desafío que me puso la vida me abrió los ojos, pudiendo comprender como yo misma me estaba generando esos tumores con mis propios pensamientos, y forma de vida tan exigida. Esta situación que se sentía trágica en un primer momento, meses mas tarde la pude reconocer como perfecta y necesaria para impulsar mi despertar espiritual que me llevó a decidir comenzar a cambiar mi forma de vivir y de ver la vida. Vieron que a veces toca perder algo o estar muy cerca de perderlo para empezar a valorarlo? Amma siempre dice que nadie tiene asegurada su próxima respiración, esa experiencia me conectó con el valor necesario para honrar mi vida viviendo desde mi corazón.

 

En estos años seguí formándome en este mundo que tanto me apasiona: instructorado de yoga, lectura de registros akáshicos (niveles 1 y 2), tomé una certificación de coach espititual, un curso introductorio de biodescodificación, un diplomado de hipnoterapeuta, sumado a los fascinantes y expansivos aprendizajes de esos 21 meses viviendo en India realizando en promedio unas 16 hs de práctica espiritual diaria.

Como autodidacta también practico y estudio Ayurveda, Eneagrama, trabajo con el niño interior, rituales/ psicomagia, sueños, trabajos con energía, trabajos con emociones y otras herramientas transformadoras que se van presentando.

 

Sin embargo mi experiencia me lleva a sentir que no es el material que consumimos, ni las certificaciones, ni los títulos los que nos transformen realmente, sino que la verdadera integración y transformación se produce al aplicar estos conocimientos teóricos en nuestro día a día. Mis entendimientos mas profundos provienen de trabajar intensamente con responsabilidad y pasión en mis procesos personales, cuestionando mis elecciones, creencias, programaciones mentales y pensamientos para conocerme a mi misma, eligiendo minuto a minuto vivir de manera consciente y en conexión con mi espíritu.

 

Mi Gurú Amma dice “Yo te conozco a ti por que me conozco a mi completamente. Pero tu no me puedes conocer a mi hasta que no te conozcas a ti completamente”.

 

Gracias por leer hasta aquí!

Abrazo de luz y amor.

Gis Bender

Coach espiritual - Hipnoterapeuta

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